Un beso entre orcas


El océano guarda secretos que aún estamos aprendiendo a entender.


Cuando pensamos en las orcas, nos viene a la mente un enorme depredador marino, poderoso e impotente.

Y no es para menos cuando se le conoce como “ballenas asesinas”, un apodo que poco tiene que ver con su verdadera esencia.

La naturaleza nunca deja de sorprendernos, y una muestra reciente ocurrió hace unos días en las aguas de Noruega, cuando un grupo de personas fue testigo de una escena inesperada: dos orcas salvajes se estaban besando.

Este curioso comportamiento ha despertado la atención de investigadores y amantes del mundo animal.

Las orcas poseen una compleja forma de comunicación y una vida social muy desarrollada. Se organizan en grupos familiares y muestran conductas que se asemejan a las nuestras.

Lo que a simple vista puede parecer un “beso”, podría estar relacionado con el juego o el afecto.

Las orcas no solo cazan o se desplazan en grupo: también juegan.

El juego es una parte fundamental de su desarrollo. Se le ha observado persiguiéndose entre ellas, empujando objetos flotantes e interactuando con otras especies por pura curiosidad.

Jugar, es algo que las orcas parecen dominar con naturalidad.

Una escena tan inesperada como un “beso entre orcas” nos recuerda que el océano guarda secretos que aún estamos aprendiendo a entender.